EL SISTEMA AUDITIVO Y SU FUNCIÓN

Nuestro sistema auditivo es el encargado de hacernos uno de los regalos más maravillosos de la experiencia humana: El regalo de oír.

Gracias al sentido del oído, podemos comunicarnos con las personas a las que queremos, escuchar música, disfrutar del cine, el teatro o la radio y oír los sonidos de la naturaleza. Oír bien es importante incluso para mantener despierto y activo nuestro cerebro, lo que aumenta nuestra calidad de vida y nuestro bienestar.

EL OÍDO OÍDO OÍDO

PARTES DEL OÍDO

El oído es la puerta de entrada del habla y del resto de los sonidos a nuestro cerebro. Está dividido en tres partes: oído externo, oído medio y oído interno.

Oído Externo

El oído externo está formado por el pabellón auditivo, que funciona como una especie de embudo que recoge las ondas sonoras y las envía hacia el interior del oído, y el canal auditivo. El pabellón auditivo es de gran importancia, ya que se encarga de compensar la presión que existe en el exterior del oído con la presión que existe en el interior, que es mucho mayor puesto que el aire está comprimido. Después de entrar en el pabellón auditivo, las ondas se dirigen hacia el tímpano por el conducto auditivo.

Oído Medio

El oído medio se encuentra entre el tímpano (una membrana que delimita el conducto auditivo del oído medio) y la ventana oval. Está compuesto por tres huesos (el martillo, el yunque y el estribo), que son los encargados de transmitir los movimientos del tímpano a la ventana oval, que es una membrana que recubre la entrada a la cóclea en el oído interno.

Oído Interno

Finalmente, en el oído interno, concretamente en la cóclea, tiene lugar la transformación de las ondas sonoras en impulsos eléctricos que se envían al cerebro. Esto se hace a través del nervio auditivo. En el oído interno se encuentran también las células ciliadas. Los daños en las células ciliadas, precisamente, son una de las causas más comunes de las pérdidas auditivas.

Cómo funciona el oído

Nuestro sistema auditivo se encarga de transformar las ondas sonoras y de transmitirlas a nuestro cerebro para que este las dote de significado. ¿Cómo hace esto el oído?

La oreja, que tiene forma de embudo para cumplir mejor con su misión, recoge las ondas sonoras y las envía hacia el tímpano.
Los oídos convierten las ondas sonoras en impulsos nerviosos que se envían al cerebro.
El cerebro convierte los sonidos en impulsos que podemos entender y discrimina los sonidos relevantes del ruido de fondo.

PÉRDIDA AUDITIVA

HIPOACUSIA

La hipoacusia es la pérdida parcial de la capacidad de oír.

Esta pérdida puede ser desde leve hasta profunda, causando que la persona no logre oír parte de la señal del habla, lo que hace que esta deje de ser inteligible y dificulta la comunicación. Aunque una pérdida se registre en un solo oído (pérdida unilateral), lo más habitual es tener los dos oídos afectados en mayor o menor grado (pérdida bilateral).

Causas de la hipoacusia

Las pérdidas auditivas pueden ser de nacimiento o pueden desarrollarse de manera gradual o bruscamente.

Según el lugar del oído que haya sido afectado, las pérdidas pueden ser neurosensoriales (si lo que está afectado es la cóclea o el nervio auditivo) o conductivas (cuando hay un factor que bloquea el paso del sonido en el canal auditivo o en el oído medio). Otro tipo de pérdidas auditivas son el tinnitus, la enfermedad de Ménière (la sensación intermitente de vértigo, pérdida auditiva y tinnitus), la ototoxicidad (el efecto producido por un medicamento) o el trastorno del proceso auditivo (la reducción en la habilidad de procesar señales sonoras en ciertas partes del sistema auditivo central).

Hipoacusia Neurosensorial

Una causa muy común de las pérdidas auditivas neurosensoriales es que las células ciliadas han sufrido daños. En general, las células ciliadas externas suelen ser las primeras en deteriorarse, lo cual resulta en una reducción en la sensibilidad a los sonidos débiles y una menor habilidad para distinguir entre varios sonidos del habla.

Normalmente, no es posible corregir una pérdida auditiva neurosensorial con un tratamiento médico o una intervención quirúrgica. La alternativa más común es el uso de audífonos. Las pérdidas auditivas neurosensoriales pueden tener lugar en cualquier estadio de la vida y pueden deberse a la edad o al ruido, pueden ser hereditarias, congénitas o retrococleares.

Hipoacusia conductiva

Las pérdidas auditivas conductivas tienen lugar cuando hay un factor que bloquea el paso del sonido en el canal auditivo o en el oído medio. Cuando es así, se reduce el nivel del sonido en su paso hacia la cóclea, en el oído interno.

Es posible tratar algunos tipos de pérdidas auditivas conductivas quirúrgicamente o con medicación. También es posible compensar otros tipos de pérdida auditiva conductiva con el uso de audífonos debido a que el órgano de Corti situado en la cóclea funciona normalmente, por lo que sólo es cuestión de salvar la barrera de transmisión del sonido en su paso hacia la cóclea, en el oído interno.

Hipoacusia mixta

Una pérdida auditiva mixta se debe a alteraciones simultáneas en la transmisión y percepción del sonido al mismo oído. En una hipoacusia mixta se presentan daños tanto en los órganos conductivos como en el sistema neurosensorial, lo que suele conllevar un nivel de daño mayor ya que se combinan problemas presentes en varias zonas del aparato auditivo.

Niveles de hipoacusia

La pérdida de audición se mide en decibelios (dB), que representan el nivel de sonido mínimo a los que puede oír una persona.

Se considera audición normal al nivel de audición que se sitúa dentro del umbral de entre 0 y 20 dB. Es a partir de los 20dB que se puede empezar a considerar hipoacusia. Superado este umbral, esta se empieza a catalogar de la siguiente manera: